Descubren por accidente qué sucede en nuestra mente cuando morimos

“Vi toda mi vida pasar frente a mis ojos” es una expresión que hemos escuchado en muchas partes cuando alguien pensaba que moriría. Y no es solo un decir, de hecho se popularizó en 1982 gracias a Albert Heim, un pionero de la geología del momento.

Pero además de ser bien conocido por sus atribuciones a la geología en Suiza, Heim influenció los primeros experimentos y estudios sobre la experiencia del ser humano cuando se encuentra cara a cara con la muerte.

Y no fue precisamente por su atracción a esta área científica, fue más bien debido a que él mismo experimentó este fenómeno mental cuando cayó de la montaña que escalaba, describiendo el evento como “ver toda mi vida avanzando en varias escenas, como viéndolo desde un escenario lejano”.

Y esta historia se ha repetido innumerables veces en todo el mundo con personas que sintieron su vida terminar. Uno de los casos más famosos en la actualidad fue la de Gill Hicks, una joven que estaba transitando cerca del metro de Londres en 2005, justo cuando detonaron bombas que puso en riesgo su vida.

Menciona que su vida pasó frente a sus ojos en una especie de escenas separadas que iban cambiando conforme parpadeaba, recuerda haber visto momentos felices y tristes de su vida, todo lo que experimentó e hizo a lo largo de su vida.

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A pesar de que muchas personas afirman experimentar este extraño suceso, la ciencia no había podido estudiarlo debido a lo extremo de las condiciones. Era casi imposible poder medir las ondas cerebrales con una máquina y hacer que la persona se enfrente a la muerte.

Ya que cabe mencionar que este fenómeno, según como lo narran la mayoría de las personas, únicamente sucede cuando se es consciente de un acontecimiento peligroso, como mientras se cae de una montaña como Heim, o al percibir los estallidos de las bombas de Hicks.

Pero un estudio sobre epilepsia de un paciente mayor fue la prueba necesaria para que los científicos lo vieran por sí mismos

No fue apropósito que estos científicos pudieran observar desde sus aparatos el famoso fenómeno de ver pasar la vida frente a los ojos de alguien potencialmente a punto de morir, de hecho, se encontraban midiendo las ondas cerebrales de una persona con epilepsia.

Se trataba de un paciente de 87 años que padecía epilepsia, estaba conectado a un medidor de ondas cerebrales para grabar su actividad neuronal cuando repentinamente sufrió un infarto que tuvo un desenlace fatal.

Luego de tan lamentable acontecimiento, los científicos se dieron cuenta que tenían grabadas lo último de actividad antes de que el cerebro muriera. Fueron en total 30 segundos donde se observó actividad similar al que tenemos cuando soñamos o recordamos.

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Así que se podría decir que efectivamente, el cerebro moribundo del paciente ocupó sus últimos momentos para traer recuerdos y posiblemente generar una experiencia similar a un sueño.

Esto podría estar relacionado a otros fenómenos de personas que han vuelto de la muerte, afirmando que vieron el paraíso, el infierno o incluso a sus familiares ya fallecidos, sin embargo, el Dr. Ajmal Zemmar que estuvo en el estudio del paciente grabado, dice que es imposible saber de momento.

Por el momento hay especulaciones sobre si el cerebro realmente tuvo visiones de su pasado, si brotaron recuerdos felices y experiencias agradables incluso de personas que conocieron y también fallecieron.

También está el otro lado de la moneda donde también se puede percibir recuerdos dolorosos o tener visiones aleatorias. Podría ser una experiencia única en cada persona, pero de momento, ese es un dato que no es posible conocer.

Menciona el estudio que las ondas cerebrales observadas en esos 30 segundos estaban relacionadas a procesos avanzados cognitivos, no solamente cuando recordamos o soñamos, también cuando nos concentramos en una tarea muy importante.

La posibilidad de que las personas recuerden su muerte también son altas, ya que una persona es clínicamente declarado muerto cuando su corazón deja de latir, pero el cerebro tarda un poco más en terminar sus procesos, así que hay una posibilidad que el cerebro lo perciba y lo reproduzca en bucle antes de morir como el último recuerdo.

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Este fenómeno también se ha observado en animales de laboratorios como las ratas, que tuvieron esa actividad cerebral similar al de paciente, que también duró 30 segundos donde pudo haber repasado sus vivencias.

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