Cuando más necesitas que llegue el autobús que te llevará a tu destino muchas veces demoran en llegar, pero cuando no lo necesitas hasta llegan en pares, como si el destino te estuviera jugando una mala pasada.
Muchas veces culpamos la ineficiencia de los choferes pero a pesar de que el sistema de transporte público funciona gracias a un sistema ya establecido, en las calles de la vida real puede suceder cualquier imprevisto que pueden ir desde un día de lluvia pesada, hasta el embotellamiento típico de la hora pico.
Muchos de estos fenómenos viales son estudiados muy de cerca por expertos para poder brindar mejores soluciones y así evitar los embotellamientos y accidentes viales, tal y como expusieron Dennys Hess y Lewis Lehe, estudiantes de la Universidad de Berkeley gracias a un simulador de circulación vial de los autobuses.
El simulador muestra la fragilidad del sistema de circulación de los autobuses
Este simulador interactivo permite modificar la velocidad con la que los autobuses circulan en su ruta dentro de la ciudad, donde se pone en evidencia la importancia de que exista un rito o patrón preciso para evitar que una línea se sature creando amontonamiento de pasajeros en espera de llegar a su destino.
Al comenzar la simulación, podemos ver a dos autobuses cómo circulan a un ritmo estándar y eficaz, recolectando alrededor de 9 pasajeros y realizando sus respectivas paradas como un reloj bien aceitado, es así como debería funcionar en un mundo ideal.
Pero sólo basta con retrasar a uno de los autobuses un par de segundos para ver cómo todo este hermoso balance se viene abajo, primeramente viendo cómo una de las paradas empieza a saturarse posiblemente con una cantidad de pasajeros superior al que puede transportar en ese momento.
Este pequeño retraso de dos segundos con un solo clic del cursor podría representar el retraso eventual de subir a pasajeros de la tercera edad o con una discapacidad física, el atasco por un accidente vial que ralentizó la circulación o cualquier otro evento inesperado.
Esto puede provocar que también el autobús de la siguiente ronda disminuya su velocidad para tratar de compensar el ritmo y haciendo a las personas esperar. Pero esto no termina aquí, pues el efecto es como el de una bola de nieve rodando cuesta abajo.
Lo que sigue es una sobre demanda del servicio en toda la línea, causando una fila de impacientes usuarios deseando llegar a tiempo a sus destinos y terminaría en autobuses sobre cargados que podrían incluso saltarse paradas debido a la insuficiencia de espacio para subir más pasajeros, por consiguiente, esa parada también sufriría de un estancamiento.
En este punto ya no está en el poder del chofer mejorar la situación sin remedio empeorando los tiempos de distancia que se llevan entre autobuses, entre embotellamientos y tráfico ralentizado, puede llegar un punto donde un autobús termine encontrándose con el otro.
En esta simulación podemos ver lo impredecibles que pueden llegar a ser los acontecimientos que vive un chofer de autobús a diario, todos los días enfrentándose a retos diferentes, y eso que es un modelo virtual bastante simple que no apunta problemáticas como un desastre natural como inundaciones, tornados o sismos.
Aún se intenta desarrollar proyectos eficientes que permitan un flujo equilibrado del transporte público
A menos que seamos un país extremadamente obediente de las reglas y amantes de la armonía como Japón cuyo sistema de transporte público, tanto trenes como autobuses, transcurre como un reloj, habrá que ideárselas monumentalmente para hacerlo funcionar en medio del caos.
Mientras tanto, en Atlanta ya se formula una posible solución que permitiría a los conductores de autobuses tener un check point. Es decir, un punto donde cada autobús indique su situación en tiempo real a una torre central, y en caso de algún retrato poder notificarlo a los demás choferes de la línea.
Posiblemente algo muy parecido al sistema del metro o tren donde la central de operaciones sabe el recorrido de cada tren para evitar cualquier colisión al momento de compartir una vía. Implementado en los autobuses, esto ayudará a evitar que los autobuses terminen uno justo detrás del otro.
Tomará tiempo para llegar a una resolución que sea factible, y aún hay más proyectos en pie como la automatización de autobuses que posiblemente ya vendrá con un sistema de navegación que nos hará olvidar de estos problemas.