¿Oportunidad, burla o castigo?, La magia del «comodín del público»

«¿Quién quiere ser millonario?» es solo otro nombre de los típicos shows televisivos transmitidos en todo el mundo donde se pretende descubrir en un concurso, los conocimientos de los participantes a través de preguntas de toda clase de temáticas.

Desde luego, el ganador puede irse con los bolsillos llenos de dinero o premios, o si este pierde, simplemente se lleva la satisfacción de haber aparecido en la televisión en uno de los shows más populares de todos los tiempos.

En este programa en especial encontramos el llamado «50%» o el «Comodín del público» donde los participantes tienen la oportunidad de obtener ayuda de la audiencia quienes pueden votar por la respuesta correcta.

Algunos de estos momentos son subidos a las redes sociales y viralizados muchas veces en una especie de humor cruel donde se exhibe al concursante buscar ayuda a una pregunta por demás obvia o de conocimiento común.

Por ejemplo, uno de estos clips que estuvieron rondando en internet ha sido un concursante que en 2006 en la versión francesa, tuvo que usar su preciado comodín para poder responder a la pregunta «¿Qué es  lo que gravita alrededor del planeta Tierra?».

Por si fuera poco, el formato de este juego permite elegir entre varias opciones, donde se tenía, «Venus, Marte, el Sol y la Luna». Dicho concursante, posiblemente por la adrenalina de estar en un concurso televisado, se quedó con la mente en blanco, sin siquiera recordar que tenemos un satélite que gira alrededor de nuestro planeta y se llama la Luna.

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Pero ocurre otro incidente durante el juego, muchas personas para tratar de hacer perder a una persona que no es capaz de responder una pregunta simple, parecen haber concertado una broma cruel donde se le da una respuesta equivocada.

El concursante podía elegir una respuesta guiándose por el número de votos de los ciudadanos, donde se pudo ver que nadie votó por la opción de Marte y Venus, el 44% de las personas que deseaban ayudar votaron por la Luna, y una increíble cantidad de 56% de los votantes, eran troles que votaron por el Sol.

Con el juego viniéndosele encima, el concursante ya sin recursos mentales para poder dar con la respuesta por sí mismo, elige el que tiene mayor número de votos, el Sol. El presentador lamentándose del error garrafal, tuvo que despedir al hombre del juego que se fue con las manos vacías.

Es aquí donde observamos una dinámica interesante, donde gran parte de los votantes decidieron que en vez de ayudar al pobre hombre, era mejor idea castigarlo por su ignorancia a algo tan básico y prácticamente obligatorio de saber.

No solo Francia, hay otros países que prefieren castigar al concursante ante preguntas tan absurdas

De hecho, hay toda una estrategia detrás de la elaboración de este tipo de concursos, y eso lo explica el libro «El flujo: la atracción irresistible al comportamiento irracional» de Rom y Ori Brafman.

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En este libro revelan los resultados de una exhaustiva observación, donde la audiencia tiende a conocer al menos las primeras 10 preguntas, teniendo un acierto cerca del 90% de las veces.

Cabe mencionar que los concursantes tienen la oportunidad de sacar este comodín incluso desde el comienzo del juego, oportunidad ideal para hacer uso de ella debido a que son preguntas muy básicas que se aprende incluso en el colegio.

Pero al elevar la dificultad de las preguntas, este comodín se convierte en una moneda al aire, prácticamente porque los concursantes saben que es difícil que cualquier persona común pueda responderla.

Sin embargo, la dinámica en cada país suele ser diferente, tal es el caso de Estados Unidos y los países del Reino Unido, donde las personas realmente quieren ver al concursante ganar y tratan de responder lo mejor que puedan para salvar el día.

Pero no todos los países tienen el mismo «carácter» y eso lo ha demostrado Francia con una buena cantidad de buenos samaritanos, pero quedándose cortos ante la gran mayoría de troles que prefieren ver al concursante morder el cebo y hundirse en su ignorancia, posiblemente carcajeándose al verlo perder.

En Rusia, China y Ucrania también se ha visto esta dinámica aunque a un nivel superior, aquí prácticamente los buenos samaritanos brillaban por su ausencia, y prácticamente los troles miraban el programa en la espera de poder votar la respuesta incorrecta y ver la reacción del concursante y el presentador.

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No importaba incluso si el concursante pareciera ser agradable, carismático o haya hecho su mejor esfuerzo demostrando su inteligencia, era ley que las llamadas SOS ciudadanas eran una trampa.

Debido a esto, en algunos países decidieron quitar el tradicional comodín y se las idearon para brindar otra clase de ayuda, más que nada porque esta clase de comportamiento generaba caos y mala reputación en el show.

La conducta de troleo en el show puede ser un reflejo de la historia de un país

Por más trivial o gracioso que parezca cuando lo vemos en los vídeos, para cualquier psicólogo, sociólogo e incluso historiador, es una ventana a una nuevo fenómeno social digno de escudriñar y estudiar.

Tal es el caso del historiador e investigador, Geoffley Hosking, de la Universidad de Londres que se hizo de una hipótesis que publicó en su trabajo «El flujo», donde asimila esta conducta, específicamente en el caso de Rusia, con su pasado lleno de pueblos de esclavos.

Si bien no es ciencia cierta, el troleo en los concursos de preguntas se debe a un carácter que ciertas localidades rusas han desarrollado debido a su pasado socialista, una posible razón por la que el caso de Rusia es bastante más intenso que el de los países antes mencionados.

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Hosking resalta que en la época pre-revolucionaria rusa, el pueblo comenzó a desarrollar un carácter a modo de supervivencia, denominada «responsabilidad comunitaria». Esta se caracteriza básicamente por repartir las tareas diarias, cada quién mostrando gran responsabilidad y dedicación a hacer bien sus tareas.

Luego, llegó la revolución industrial donde muchas fábricas aparecieron y las ciudades comenzaron a crecer a gran velocidad, desde luego, con una mayor afluencia de dinero.

 La responsabilidad comunitaria evolucionó alrededor de este nuevo panorama, ahora la clase obrera acostumbraba a realizas grandes préstamos económicos a quien lo necesitara en la comunidad.

Debido a esto, desarrollaron un carácter muy específico, el de la buena fe y la responsabilidad de los beneficiados. Siempre atentos a demostrar que valía la confianza de todos y esforzándose por demostrar que no hacían mal uso del dinero.

Desde luego, esto es un acto que se ve en prácticamente todo el mundo, pero el caso de Rusia se volvió algo sistémico, es decir, era el núcleo y la médula de la sociedad rusa, así que el índice de malintencionados, mentirosos y timadores era bastante rara.

Sin embargo, esos pocos que se atrevían a romper esta importantísima armonía comunitaria eran fuertemente castigados y altamente condenados. Los rusos debían ser responsables de su propia vida por el bien de la comunidad también.

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Era bastante frecuente que los demasiado pobres, y los demasiado ricos, no recibieran ayuda de la comunidad. Ya que no debía ser demasiado negligente para ser muy pobre, pero demasiado poderoso o serían rechazados por la comunidad.

¿Cómo se traduce esto al caso actual de los participantes del concurso? Para ellos, los concursantes que buscan la riqueza y las posesiones que lo ubiquen por encima de la comunidad es algo despreciable por historia, así que, ¿por qué ser partícipes de ello?

Por otro lado, el caso de Francia también podría venir de una ideología cocinada por generaciones, especialmente cuando se sabe que históricamente los franceses tienen una cultura basada en la justicia y los méritos propios.

Es decir, si el concursante no tiene la capacidad de ganar por sí mismo ese concurso para ganar el premio mayor, entonces ganar méritos gracias a ayuda externa es prácticamente reprobable e injusto.

Nuevamente, esto es algo que podemos ver prácticamente en cualquier cultura, pero pocas veces de forma sistémica e histórica, que alimente a la gran mayoría de la población de un país.

Muy al contrario de Estados Unidos por ejemplo, donde podemos ver ideales similares a los de Rusia o Francia pero bajo ciertas circunstancias que lo ameriten, pues también se observa mucho el deseo de ayudar o posiblemente de ser los héroes americanos al rescate del más débil, una idea implantada en el país de forma sistemática que podemos ver incluso en las películas de Hollywood.

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