Desde que se modernizó la idea de que el ser humano necesitará algún día otro lugar donde vivir debido al deterioro de las condiciones de nuestro planeta hace ya varias décadas atrás, el alunizaje tomó cierto concepto en las personas.
Antes se consideraba que llegar a Luna simplemente tenía como objetivo satisfacer las necesidades del ser humano por conocer más allá de lo que conocía hasta ahora, incluso estar más cerca de esa información que podría darnos respuestas sobre el origen de nuestro planeta.
En cuanto la NASA anunció sus intenciones de buscar agua en otros planetas, inmediatamente pensamos en que la humanidad terminará colonizando algún planeta de nuestro sistema solar con las condiciones necesarias para su subsistencia, y aunque en cierto grado tenga sentido, los exploradores espaciales por ahora apuntan a otra dirección.
Y se trata del primer objetivo mencionado que es la de encontrar vida en otros planetas, es por ello que en misiones tan recientes como la de Artemisa de la NASA en Marte, lo primero que han hecho es hacer que su robot aterrizara y explorara lo que fue un enorme lago.
Lo que se espera es que, al igual que en nuestro planeta, exista alguna clase de vida (tal vez microscópica) que esté adaptado a las condiciones de ese planeta, y eso la verdad sería algo que nos volaría la cabeza.
Entonces, una vez que se descubrió vestigios de agua en Marte, no se dedicaron a saber si había más agua utilizable para el ser humano cuando llegase a vivir a ese planeta (como nos lo ha prometido Musk de SpaceX), más que nada porque seguramente sería agua inutilizable por la cantidad de elementos nocivos para los humanos y otras criaturas como plantas que pudiesen llegar al planeta rojo.
En vez de eso, han utilizado sus herramientas científicas para buscar cada centímetro del antiguo lago en búsqueda de vida marciana, y además, de la posible existencia de un ciclo hidrológico.
¿A qué se refiere esto del ciclo hidrológico?, pues prácticamente como el llamado ciclo del agua en la Tierra, donde el agua pasa por varios estados de la materia como gaseoso cuando se evapora con los rayos solares, líquido cuando diluvia formando ríos, lagos, etc., y sólido cuando se congela. El líquido no deja de “moverse” a ritmos repetitivos (ciclos).
Señales como las sales hidratadas del seco lago marciano podría sugerirlo, y si existiese este ciclo hidrológico significaría que el planeta en realidad está vivo, que hay actividad cíclica tal vez tan lenta que le toma cientos o miles de años visualizarse y por esa razón lo vemos como “estático” o muerto.
Estos ciclos podrían convertir el agua congelada o lagos secos en parajes llenos de agua tal vez dentro de décadas, cientos o miles de años, y entonces aumentaría dramáticamente la posibilidad de vida que espera a que el ciclo haga lo suyo.
Algo así como los osos de agua, que son capaces de soportar el agua hirviendo y congelado, entrando en una clase de hibernación que puede durar años, y cuando se dan las condiciones propicias, este vuelve a la vida.
Y Marte puede ser uno de los tantos planetas o satélites que podría esconder agua en su interior y solo falta que empiece a funcionar su ciclo para que el vital líquido comience a mostrarse en su superficie y posiblemente hacer “magia”.
Es aquí cuando empezamos a hablar también de Europa, el satélite de Júpiter que ha sido nombrado como nuestro continente, y que se sabe tiene mares congelados, un factor que más que desanimar a los científicos, les provoca más curiosidad y esperanzas.
El satélite Europa podría tener un ciclo hidrológico basado en volcanes
Aunque poco se ha hablado del satélite Europa, lo cierto es que ha sido motivo de profunda investigación, sin embargo, es un tema del que se habla a puertas cerradas en los observatorios, ya que es tan lejano de las posibilidades humanas para explorarlo, que hasta ahora sería inútil hablar de la posibilidad de ir a buscar vida allá.
Desde que la humanidad ha podido tener conciencia de lo que pasa en los satélites de Júpiter, lo cierto es que no ha pasado demasiado tiempo como para decir que existe un ciclo hidrológico o movimiento alguno, solo se sabe que está completamente cubierta de hielo.
Pero existe un factor que se sabe de antemano que sugiere que este planeta ya alberga agua líquida con posible vida en ella, y que existe una posibilidad de que el ciclo del satélite pueda liberarlo del espeso hielo gracias a su actividad volcánica.
Aunque no se sabe a ciencia cierta, existe una posibilidad de que Europa esté vivo en términos geológicos, y que hay volcanes activos debajo de toda esa capa de grueso hielo, y una vez que se presente una enorme erupción volcánica (tal vez con efecto en cadena) este podría calentar lo suficiente la luna para volver el hielo en agua.
Es entonces cuando, sea lo que sea que guarde el mar escondido, salga a la superficie y posiblemente ocurran cosas impresionantes. Por ahora, causa gran curiosidad lo que el agua oculta.
Se dice que hay tanta agua que ni siquiera existe un gramo de tierra en su superficie, ni siquiera una isla. La parte sólida de Europa prácticamente está conformado por su suelo ardiente (ya que tiene un núcleo bastante extenso) por lo que tiene enormes volcanes en toda la superficie terrenal que están en constante erupción.
Pero todo está cubierto de agua, así que los volcanes son prácticamente submarinos y es lo que hace que aún exista agua líquida, solamente por encima de toda esa agua encontramos la superficie congelada.
El satélite de Júpiter nos podría dar mayor esperanza de encontrar vida extraterrestre
De no encontrar lo que se espera en los lagos de Marte, en definitiva habría que apuntar todas nuestras expectativas en Europa por su vasta extensión de agua. Esto lo explican en la revista científica Geophysical Research Letters, donde sugiere que además del calor geotérmico, la afluencia gravitacional entre Júpiter y su satélite, hacen que último se flexione.
En pocas palabras, la fuerza gravitacional es tal que es capaz de cambiarle la forma a Europa, y el efecto sería parecido a como si dobláramos y desdobláramos repetidas veces un alambre de metal, generando calor donde ocurre la flexión.
Del mismo modo, la flexión que provoca Júpiter en Europa, haría que este se calentara aún más generando increíbles erupciones volcánicas especialmente en los polos, y quien sabe, tal vez formando más volcanes kilométricos.
Sin embargo, debido a que es una distancia inaccesible para el ser humano, todas estas teorías están basadas en cálculos y simulaciones por computadora, prácticamente utilizando los principios observados en otros planetas y el nuestro que en términos básicos, no es tan diferente al resto.
Lo que sí podemos decir, es que el tema ya está saliendo a flote gracias a todos los avances en materia de viajes espaciales que se ha tenido en tan pocos años, de pronto lo que parecía un imposible nuevo alunizaje, ahora es una exploración a Marte.
Estamos en nuestro mejor momento para poder llegar a otros lugares lejanos gracias a los drones y vehículos de exploración no tripulados, es por ello, que la NASA ya se está planteando su próxima misión: Europa Clipper.
Ya podemos ver un adelanto en el sitio oficial de Europa.nasa.gov, donde nos explican un poco más del porqué de esta misión, e incluso ya tiene su propio slogan “Luna de Júpiter. Potencial de vida”.
También nos habla que en la misión Europa Clipper se pretende enviar una nave espacial con el mismo nombre, y tendrá como misión estudiar a profundidad las condiciones de Europa para determinar si existe una posibilidad de que exista vida en ella.
Esta nave orbitará alrededor de Júpiter pero manteniéndose cerca de Europa, la nave se desplazará de tal manera que podrá ver cada ángulo del satélite conforme haga giros sobre su propio eje.
Para ello, la nave no solo observará el satélite con cámaras, también estará equipado de una serie de instrumentos científicos tan avanzados que podrá hacer algunas mediciones sin siquiera tener que aterrizar.
Estos sensores podrán dar información sobre si realmente hay agua debajo de la corteza de hielo, si es así, qué tan profundo es y si los elementos químicos del agua son amigables con vida microbiana, entre otras cosas.
La nave estará enviando información a la Tierra por lotes, de tal manera que entre cada sobrevuelo, los científicos tengan oportunidad de estudiar los datos antes de que llegue el siguiente lote de información.
El sitio de momento nos indica que el estatus de la misión está en desarrollo, y aún no existe una fecha del lanzamiento de esta nave espacial, pero se espera que sea durante la década del 2020s.